El Daño Cerebral Adquirido es la afectación de las estructuras cerebrales que llevan a una alteración de la función física, psíquica y emocional. Los déficits dependerán del tipo de lesión, la localización y severidad de esta.
Tipos de daño cerebral:
ICTUS (ACV): Se define como la patología aguda de manifestación súbita ocasionada por una afectación de los vasos sanguíneos que suministran la sangre al cerebro.
TRAUMATISMO CRANEOENCEFÁLICO (TCE): Alteración de la función neurológica debido a un traumatismo producido sobre los componentes craneales, cerebrales o meníngeos, originando déficits de diferente gravedad según la localización y extensión de la lesión.
ANOXIA: Ausencia o disminución del aporte de oxígeno al cerebro debido a una reducción en el flujo cerebral o de la presión arterial, provocando la muerte de neuronas de parte del tejido cerebral, conllevando daños de muy diverso tipo.
Dependiendo de la parte del cerebro dañada, se verán afectadas diferentes funciones:
-En el caso de daño en la región frontal del cerebro se pueden observar alteraciones en el comportamiento, la capacidad intelectual o el movimiento.
-El lenguaje y la audición se asocian a la afectación del lóbulo temporal.
-Si el ictus afecta al lóbulo parietal se podrá ver afectado el lenguaje y la sensibilidad.
-El daño de la zona occipital afectará nuestra capacidad visual.
Otras alteraciones asociadas:
Cada caso es valorado por un equipo multidisciplinar formado por profesionales sanitarios especializados en patologías neurológicas. Se planifica un programa de tratamiento basado en unos objetivos consensuados según las necesidades de la persona.
Todas las sesiones de rehabilitación son individuales, personalizados y se basan en el trabajo conjunto del profesional y la persona.
STEP by STEP ofrece un tratamiento integral y personalizado que repercute en una optimización del estado físico del lesionado, así como en una mejora de su calidad de vida.
Facilitar la concienciación y generación de movimiento con el objetivo de conseguir el control voluntario necesario para la realización de actividades funcionales.
Trabajar la capacidad cardiorrespiratoria afectada para mejorar la resistencia a la fatiga y la calidad de vida de la persona.
Estimular la carga en las articulaciones y la contracción de los músculos encargados de la postura en contra de la gravedad. Mejorar también la distribución del peso de forma equitativa en las diferentes partes del cuerpo.
Conseguir una buena coordinación y control del equilibrio mediante una correcta estabilización del cuerpo es esencial para la funcionalidad. Aprender a conocer el cuerpo y entrenar reacciones de equilibrio.
Enseñar patrones y habilidades necesarias para realizar el paso de la forma más funcional posible. Se tiene en cuenta el tipo de lesión y capacidades de cada persona para ajustar el tratamiento a su situación.
Conseguir el máximo grado de independencia a partir del trabajo de las capacidades alteradas y la readaptación al entorno.
El control motor abarca desde el mantenimiento de la postura en el espacio hasta la capacidad del cuerpo al desplazarse, es decir, la ejecución de la marcha. Se basa principalmente en la capacidad de la persona para relacionarse con su entorno a través de diferentes procesos:
En Step planificamos un plan de tratamiento específico basado en los objetivos marcados con el paciente según sus necesidades, para maximizar su adherencia al tratamiento, enfocándonos en conceptos de frecuencia, intensidad, tiempo y tipo de ejercicio realizado.
Trabajamos a partir del aprendizaje basado en la práctica, repitiendo movimientos que supongan un desafío y sean de importancia para la persona, siempre haciéndolo en diferente contexto para enriquecer los ejercicios y, al mismo tiempo, poder generalizar el aprendizaje de la sesión en su entorno habitual para así facilitar la autonomía de la persona en las actividades de la vida diaria.
El abordaje en el agua busca una mejora sobre la función corporal, como por ejemplo el trabajo de control de la cabeza, la estabilidad de tronco y la correcta transferencia de cargas entre las dos piernas.
La fatiga es un efecto secundario muy habitual después de haber sufrido un accidente cerebral. La persona se nota sin energía y los tiempos de recuperación son más largos.
El trabajo cardiorrespiratorio es clave para reducir futuros problemas cardiovasculares.
A partir del ejercicio aeróbico se busca minimizar el empeoramiento del sistema cardiorrespiratorio y mejorar la capacidad funcional durante las actividades del día a día.
Dentro del programa de fisioterapia, nuestro equipo otorga mucha importancia al trabajo cardiorrespiratorio. Nos valemos de ejercicios controlados a diferentes tipos de intensidad utilizando maquinaria como la elíptica motorizada o el ergómetro, en los casos en que su uso está indicado.
Desde la terapia ocupacional se trabaja desde la forma más sencilla hasta la forma más compleja. Al inicio, cuando todavía no hay movimiento, se realizan actividades donde no influya la fuerza de la gravedad. Cuando aparece movimiento, se realizan ejercicios donde ésta pueda actuar. Finalmente, cuando la persona ya dispone de un mínimo de control sobre su propio movimiento, ya se pueden añadir otras resistencias externas diferentes a la fuerza de la gravedad. De la misma forma se gradúan las demandas de la actividad para que la persona se vaya adaptando y pueda disminuir el nivel de fatiga durante el desarrollo de las sesiones.
En el medio acuático el esfuerzo aumenta simplemente con la inmersión. El trabajo en el agua resulta idóneo para compensar la inactividad que suelen presentar las personas con lesiones neurológicas. Ejercicios de diferente intensidad y duración como cambios de ritmo durante la marcha, escalera o saltos disminuyen la aparición de fatiga.
Buscamos diferentes estrategias para lograr la bipedestación como paso previo a la posibilidad de marcha. Aplicando una carga progresiva en las extremidades hacemos ejercicios con el propio peso corporal, trabajamos la transferencia de pesos y el control del tronco.
Este trabajo resulta esencial para aumentar la resistencia y fuerza de las extremidades inferiores, así como para aumentar la estabilidad del cuello y el tronco. Para ello, trabajamos en diferentes posiciones para favorecer el apoyo progresivo sobre la porción inferior del tronco, caderas en cuadrupedia, el control de la pelvis en posición de rodillas o la posición de caballero para estimular el apoyo sobre rodilla y tobillo.
La bipedestación es el trabajo imprescindible previo a la marcha. Conocer de qué forma debemos cargar el peso en cada extremidad será clave para poder realizar el paso y por tanto deberemos trabajarlo de forma estática primero.
Cualquier actividad de la vida diaria requiere diferentes traslados de peso del cuerpo para poder moverse con la mayor fluidez posible y, de esta forma, realizar el esfuerzo mínimo necesario durante su realización. Por eso, desde la terapia ocupacional trabajamos con varios ejercicios que requieren diferentes traslados de carga y así poder adquirir un mayor control de la situación del peso del cuerpo.
La estimulación de carga y la bipedestación en el agua se aborda aplicando las mismas estrategias que en sala y aplicando fuerzas externas como corrientes de agua, todo ello sin riesgo de caída.
La estabilidad del cuerpo es clave para la realización de cualquier actividad de la vida diaria. Su tratamiento incluye la estimulación de la musculatura antigravitatoria, una correcta alineación corporal y el aprendizaje de estrategias posturales necesarias para sortear desequilibrios presentes en actividades complejas como la marcha.
En Step trabajamos el control postural de forma estática y dinámica, a través de actividades funcionales y cotidianas (ponerse de pie, sentarse, superficies inestables, obstáculos…). El objetivo es trabajar sobre la conciencia corporal, la percepción de estímulos táctiles y posicionales, actuando así sobre el equilibrio y el control postural de la persona.
La terapia acuática es un excelente medio de tratamiento postural, puesto que el tiempo de reacción al desequilibrio en el agua aumenta, proporcionando más estabilidad. Al mismo tiempo, podemos utilizar el agua para provocar perturbaciones inesperadas en diferentes posiciones (bipedestación o sedestación), estimulando la aparición de reacciones para compensar o anticipar situaciones de inestabilidad.
Se establece un plan de tratamiento específico de marcha en función de las necesidades de la persona buscando la máxima autonomía para realizar desplazamientos.
Para trabajar la reeducación del paso y la marcha en todas sus fases empleamos diferentes métodos como circuitos de marcha que pueden incluir obstáculos, cambios de velocidad, sentido y dirección. Si es posible, también se puede complementar con ejercicios aeróbicos y de fuerza para que suponga una tarea más completa.
En casos donde la marcha de forma autónoma no es posible, se pueden utilizar diferentes mecanismos de soporte o se puede realizar de forma asistida con dispositivos como una grúa o una máquina elíptica.
En el medio acuático podemos trabajar la marcha a diferentes ritmos y velocidades añadiendo el factor de resistencia del agua en un entorno más seguro y con menor riesgo de caída.
El tratamiento Step se basa en la funcionalidad y se enfoca en la capacidad de la persona para realizar todas las actividades de la vida diaria de la forma más independiente posible.
Valoramos los objetivos y necesidades de cada persona y proponemos un plan de acción en función de la edad, la localización de la lesión, el grado de afectación y el nivel físico previo a la patología adquirida.
Tras el daño cerebral, el miembro superior puede verse afectado, implicando un gran impacto en la funcionalidad de la persona, sobre todo se ve alterada la capacidad de alcance, prensión y manipulación de objetos.
El tratamiento en la fundación Step by Step se basa en ayudar a la persona a recuperar y/o adaptar estas funciones afectadas. Primero se trabaja el movimiento alterado de forma aislada y después, se incluye en tareas más funcionales, de forma que la extremidad funcione de forma coordinada en sus tareas cotidianas. Se va incrementando la dificultad de los ejercicios realizados de forma progresía: primero se realizan actividades que requieran solo motricidad gruesa y se va progresando hasta trabajar con otras que requieran un trabajo de más precisión y, por lo tanto, de motricidad más fina.
Las actividades se tienen que ir adaptando según la recuperación de la persona. Paralelamente, se asesorará en la utilización de los productos de apoyo necesarios para poder realizar las actividades de forma autónoma siempre y cuando la persona no pueda compensar los déficits y dificultades por ella misma. También se proporciona orientación sobre las diferentes posibilidades de adaptación del domicilio para que la persona pueda realizar las transferencias, desplazamientos y actividades de forma autónoma y segura, minimizando así el riesgo de caídas.
El agua, gracias a propiedades como la flotabilidad y la descarga de peso, resulta muy útil para alcanzar los objetivos funcionales propuestos. La flotabilidad facilita el equilibrio y la activación muscular, ayudando al lesionado en el entreno de movimientos, la práctica y la participación en actividades que fuera del agua no puede realizar.
En casi todos los casos de daño cerebral vemos como los pacientes muestran diversos grados de deterioro en las funciones cognitivas como la atención, memoria, capacidad de organizar, planificar y en algunos casos también cambios en el carácter. Esto es debido a que sucede un daño directo en las estructuras que conforman el cerebro y dependiendo de la extensión y localización de las lesiones se verán afectadas unas capacidades u otras. Desde la Neuropsicología se trabaja en la rehabilitación de dichas funciones de forma individualizada para intentar recuperar o mejorar las capacidades cognitivas que tenía el paciente antes de la lesión.
Un aspecto importante para afrontar los cambios y adaptarse a las nuevas circunstancias es tener un adecuado apoyo psicológico. El gran impacto que los daños cerebrales adquiridos pueden tener en todos los ámbitos de la vida de la persona habitualmente afecta también al estado anímico del paciente. Un acompañamiento psicológico ayuda al paciente y a su familia en su proceso de adaptación, con el fin de alcanzar el mejor bienestar posible.
Servicios especializados de rehabilitación, fisioterapia y terapia ocupacional especialmente para pacientes con lesiones medulares y cerebrales.