Una lesión medular se produce cuando la médula espinal se daña a causa de un traumatismo o una enfermedad.
La lesión medular se define según el nivel de la médula donde se ha producido la lesión, diferenciándose entre:
Según la extensión de afectación de la médula, la lesión medular puede clasificarse en completa (ausencia de movimiento voluntario y sensibilidad por debajo del nivel de lesión) o incompleta (cuando existe cierta actividad motora/sensitiva por debajo de la lesión). Las alteraciones asociadas son:
STEP by STEP ofrece un tratamiento integral y personalizado que repercuta en una optimización del estado físico del lesionado, así como en una mejora de su calidad de vida del lesionado.
Cada caso es valorado por un equipo multidisciplinar formado por profesionales sanitarios especializados en patologías neurológicas. Se planifica un programa de tratamiento basado en unos objetivos consensuados según las necesidades de la persona..
Todas las sesiones de rehabilitación son individuales y se basan en el trabajo conjunto del profesional y la persona durante toda la sesión.
Conseguir el máximo grado de autonomía e independencia funcional, respetando el nivel de lesión. Adaptación a la nueva situación en base al conocimiento del cuerpo potenciando las zonas en las que existe alguna actividad, aprovechando las capacidades físicas de cada persona.
Estimular el sistema neuromuscular en busca de una respuesta apropiada de manera segura y eficaz, utilizando diferentes series de movimientos y ejercicios con el objetivo de prevenir la pérdida de masa muscular, mejorar el posicionamiento corporal, la resistencia a la fatiga muscular y el desempeño de actividades funcionales.
Trabajar el sistema cardiovascular del lesionado con el objetivo de mejorar su resistencia al esfuerzo durante actividades mantenidas, retrasar la aparición de la fatiga y mejorar su capacidad de recuperación.
Aprender a conocer el cuerpo y a entrenar reacciones de equilibrio con el fin de estimular los ajustes musculares y articulares necesarios para desarrollar el control y ejecución de movimientos, la coordinación y la estabilidad corporal.
Realizar ejercicios de pie en carga total o parcial de peso en caso de lesionados con movilidad voluntaria y capacidad funcional suficiente en extremidades inferiores, con el objetivo de mejorar su capacidad para levantarse, mantener el soporte y la transferencia de peso entre ambas piernas y, en los casos en que sea posible, el reentrenamiento del paso.
Prevenir la aparición de complicaciones secundarias a la lesión (como retracciones articulares, infecciones urinarias y úlceras por presión) es esencial de cara a mantener un mejor estado de salud general, nivel de calidad de vida y un buen pronóstico funcional.
La funcionalidad es el objetivo principal de tratamiento en Step by Step y se define como la capacidad que tiene una persona para poder realizar actividades cotidianas, deportivas y/o sociales con el máximo grado de independencia posible.
El papel del paciente es clave para el éxito de nuestra intervención. Se valoran los objetivos y necesidades de cada individuo y se plantea un plan de acción teniendo en cuenta la presencia de varios factores que van a condicionar el resultado, entre las que cabe destacar:
Uno de los principales ejes de tratamiento es el aprendizaje y perfeccionamiento de transferencias (de silla de ruedas al baño, cama o coche). El trabajo se divide en fases en las que participan diferentes profesionales con el objetivo de enseñar a realizar la maniobra de manera segura. El fisioterapeuta, por ejemplo, va a focalizar su actuación en los requisitos físicos necesarios para conseguir una buena ejecución, como el trabajo del equilibrio o la fuerza de brazos, mientras el terapeuta ocupacional se ocupará de enseñar la correcta ubicación de la silla y la utilización de los apoyos necesarios en cada momento.
Una complicación principal tras una lesión medular son las úlceras por presión que se dan al pasar tantas horas en silla o cama. Desde la fisioterapia trabajamos para su prevención enseñando diferentes cambios posturales y estrategias para liberar estas zonas de presión.
Otro de los objetivos que nos planteamos es la gestión del autocuidado del lesionado. Tanto el fisioterapeuta como el terapeuta ocupacional le ayudarán a adquirir habilidades para su participación en el día a día en tareas como lavarse los dientes, peinarse, ducharse… mediante ayudas técnicas si es necesario.
Los ejercicios que se realizan van dirigidos a trabajar la motricidad gruesa, la fuerza, la coordinación y la motricidad fina. A la vez, se asesora sobre productos de apoyo y adaptación del entorno para poder llevar a cabo sus actividades del día a día.
La terapia acuática resulta una herramienta muy útil para alcanzar los objetivos funcionales propuestos. La flotabilidad proporciona una suspensión parcial de peso que facilita el equilibrio y la activación muscular, ayudando al lesionado en el entreno de movimientos, técnicas de transferencia y habilidades que después deberá integrar a su vida diaria.
La Fuerza, es la capacidad de ejercer tensión muscular contra una resistencia, por lo que se le considera una característica física básica y su condición impacta directamente sobre la autonomía y calidad de vida, sobre todo para aquellas personas que han tenido un accidente y su movilidad se ha visto reducida.
El trabajo de fuerza se planifica en base a la persona, teniendo en cuenta sus capacidades, utilizando y potenciando la musculatura sana, en función de los objetivos marcados.
En Step trabajamos la potenciación muscular en forma de series con el fin de conseguir mejoras a nivel cardiorrespiratorio, fuerza muscular, así como cambios corporales y prevención de complicaciones cardiovasculares. Trabajamos con el propio peso corporal, con pesos libres (mancuernas, barras, kettlebells…) y equipamiento especializado controlando cargas y ejecución para evitar la aparición de lesiones.
El medio acuático es unas 800 veces más denso que la atmosfera, por lo que el simple hecho de moverse a través del agua supone un ejercicio muscular superior a lo que lo sería en sala. Esto quiere decir que cualquier trabajo realizado en el agua ya conlleva trabajo de fuerza. Además, aprovechamos las resistencia y corrientes para dificultar y progresar en el ejercicio; aunque en la terapia acuática no se realice un trabajo específico de fuerza.
Todas las actividades de la vida diaria requieren un mínimo de fuerza ya sea para sostener un objeto (ej: vaso para beber agua) o actuar contra resistencia (ej: cortar alimentos). Desde la Terapia Ocupacional se trabaja mediante ejercicios concretos de agarre y pinza con diferentes materiales con el objetivo de mejorar la presión y el control del peso. Conforme se adquiere más fuerza y movilidad se trabajan las actividades con diferentes resistencias ya sean añadidas por el terapeuta o mediante movimientos contra gravedad.
En Step by Step se trabaja la resistencia en base a las capacidades aeróbicas del paciente desde diferentes posiciones: la intensidad del trabajo cardiovascular será mayor o menor en sedestación, de rodillas, bipedestación, etc. Además, se puede elaborar en diferentes medios como puede ser el suelo o el agua.
En la sesión de fisioterapia se reserva un periodo para subir pulsaciones y realizar ejercicio aeróbico por sus beneficios metabólicos.
En la sala de rehabilitación, nuestro equipo especializado se encargará de realizar un programa de ejercicio con tiempos largos de ejecución y diferentes cargas para los diferentes tipos de intensidad utilizando diferentes materiales y maquinaria.
En el medio acuático el esfuerzo aumenta simplemente con la inmersión. El trabajo en el agua resulta idóneo para compensar la inactividad que suelen presentar las personas con lesiones neurológicas.
Este trabajo se centra en la atención y el control de un segmento corporal para poder realizar una acción. Es común que una persona con lesión neurológica no sepa cómo realizar un movimiento debido a alteraciones y/o compensaciones que han provocado que no se mueva como debiera o que duelan ciertos movimientos.
Trabajamos la propiocepción para volver a crear una imagen de cómo y dónde está nuestro cuerpo y de esta forma mejorar el control postural. A partir de aquí, se podrán ejecutar movimientos, mejorar las reacciones de equilibrio y así reducir el riesgo de caídas.
Para trabajar la coordinación y la estabilización hacemos uso de planos estables e inestables (bosu, pelotas de Bobath, superficies sensoriales…) en suelo, camilla o bipedestación. Los ejercicios propioceptivos variarán según el nivel de lesión y la evolución de cada persona y aumentarán su dificultad progresivamente.
El agua es un medio muy valioso para el trabajo del equilibrio. En la piscina se puede estimular el control de tronco a partir de movimientos que solicitan principalmente la musculatura abdominal, entrenar el mantenimiento del equilibrio forzando reacciones de estabilidad postural y la coordinación entre extremidades superiores y inferiores.
La Terapia Ocupacional presta especial atención al trabajo de conciencia de las diferentes partes del propio cuerpo, entrenando sus habilidades sensoriales y proporcionando los recursos necesarios para que la persona sea capaz de coordinar los movimientos en cualquier actividad.
La bipedestación y la marcha ofrecen beneficios a nivel circulatorio, musculoesquelético, digestivo, psicológico y respiratorio. El sistema cardiorrespiratorio en personas que pasan muchas horas en una silla está afectado. La bipedestación aporta un aumento en la demanda de este sistema haciendo que trabaje más y por ello, nos permite mejorar su tolerancia al esfuerzo. La marcha resulta más exigente ya que implica una tarea más dinámica. Nos ayudará a reducir rigideces, evitar retracciones musculotendinosas y la pérdida de masa ósea.
En la fundación tenemos diferentes formas de trabajar la bipedestación y la marcha en función de las características de cada lesionado y lo combinamos con un trabajo de fuerza, control de tronco o cardiorrespiratorio.
Se plantea un programa personalizado de bipedestación basado en la progresión de peso en los miembros inferiores, comenzando por ejercicios menos exigentes hasta conseguir una bipedestación completa con más o menos ayudas utilizando diferentes métodos para lograrlas (bipedestador, Icare, LITEGATE, tapiz rodante).
La marcha, por su parte, es un proceso complejo que requiere de capacidades básicas como la fuerza y la resistencia, que se deben entrenar como parte indispensable del tratamiento. Cuando se puede llevar a cabo, se valoran las necesidades y las posibilidades de mejora que permitan adaptar y reeducar el paso de la persona. Step consta de diferentes alternativas terapéuticas de marcha utilizadas en función del entrenamiento propuesto, desde equipos de marcha desgravada hasta elípticas motorizadas con control del paso.
El trabajo en piscina es un complemento terapéutico habitual en el programa de rehabilitación que resulta de especial interés para incentivar una bipedestación en casos de debilidad muscular. El entrenamiento de la marcha en el agua, especialmente en estadios iniciales de su entrenamiento, produce efectos similares a la marcha fuera del agua, pero favorecida por un mejor equilibrio y soporte del peso gracias a la flotabilidad del medio.
La rehabilitación del paciente con LM se centra en conservar el mayor nivel de independencia posible y evitar complicaciones para mantener una buena calidad de vida por lo que el seguimiento y confección de un plan de mantenimiento funcional es esencial para evitar la aparición de complicaciones secundarias graves relacionadas con importantes funciones orgánicas.
Durante la realización de las sesiones de tratamiento, en Step enfocamos la prevención desde la educación al paciente sobre medidas de autocuidado, detección de signos de alarma y el asesoramiento sobre productos de soporte para reducir la aparición de problemas de salud asociados a la lesión.
Servicios especializados de rehabilitación, fisioterapia y terapia ocupacional especialmente para pacientes con lesiones medulares y cerebrales.