¡¡Me encanta venir a Step!! A veces sales de aquí como si te hubieran pasado un par de camiones por encima, pero contenta.

Contenta y satisfecha porque cuando crees que no puedes hacer nada más, que has llegado al límite de tus posibilidades, te ponen ante una situación más complicada y, para tu sorpresa, eres capaz de resolverla entonces, te sientes más feliz.

Feliz de verdad porque te has superado y estás avanzando, e incluso hasta puedes llegar a pensar que no tienes límites.

Y todo esto en un espacio en el que, desde el primer día, me sentí como si lo conociera desde siempre, y con unos fiscos que ante todo son muy humanos y muy cercanos.

Te machacan, te hacen trabajar de verdad y aunque en ocasiones quisieras odiarlos por ello, no puedes, porque son un amor y porque, en el fondo, es lo que buscas.

La verdad es que no podría haber escogido un centro mejor y ahora que lo he encontrado, no estoy dispuesta a renunciar a él.